domingo, 28 de octubre de 2018

Phoenix

Si discutís, callás.
Si callás, no cogés.
Si no cogés, seguís alejándote.
Si te alejás, empezás a odiar.
Si odiás, perdés.
Si perdés, pierden.
Si pierden, es una cagada.
Porque ya lo sabían. 
Porque era esperable.
Porque se hicieron los boludos.
Hay que discutir.
Hay que decir.
Hay que coger.
Hay que acercarse.
Hay que enamorarse.
Hay que reírse a carcajadas.
Hay que hablar de profundidades.
Hay que rumiar posibilidades.
Hay que debatir pelotudeces.
Hay que reconocer el peligro.
Hay que recordar el ahora.
Hay que valorar el sacrificio.
Hay que darle alas al compañero.
Saberse dos, quererse juntos.
No olvidarse del pasado.
No descuidar el presente.
No dar nada por hecho.
No juzgar presurosos,
al defectuoso agotado.
La rutina,
Los años,
 los errores,
 los silencios,
los venenos,
 los dolores,
 los sueños olvidados.
 Que todo eso no se convierta 
en quiste que supura.
Que todo eso esté vivo
 moviendo tu espíritu -y el suyo-.
No lo olvides.
 No la olvides.
 No compares. 
 No juzgues.
Busquen el modo.
 Aunque sea difícil.
 No se  rindan.
 No se venzan.
No dejen el barro hunda su  proyecto.
No tapen mentiras con resignación.
Cuéntense todo - o casi todo-. 
Ámense fuerte.
No se digan verdades insolentes, dolorosas, intragables.
Perdónense los errores.
Hagan el amor.
Con locura .
 Como antes. 
Como nunca. 
Hay una verdad:
si el otro aún es tu elección,
no lo pierdas.
No arriesgues.
Pedíle.
Decíle.
Porque el presente es 
lo que vos te gestas, 
lo que vos inventás,
lo que vos estimulás.
re

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