jueves, 15 de febrero de 2018

Soy ama de casa, y qué?

Sabés qué?
No es una cuestión de comodidad. No es de mina con poca perspectiva.
No es fácil, incluso es más difícil.
Decidir quedarse en casa durante los 10 primeros años de la vida de los hijos.
Estar para sus actos escolares, ser la mamá que está disponible para llevar y traer amiguitos del cole o a los cumpleaños.
Poner en pausa tu carrera profesional, con la que soñabas de chica mientras jugabas a la mamá con las muñecas.
Tirarte al piso a jugar, invitar amigos, pintar con témpera, hacer piñatas, quedarte con los hijos de tu amiga.
Nada de eso es fácil, pero da unos resultados tan hermosos!
Cuesta aceptarse solo madre, porque esta sociedad está hecha para individuos.
No hay nada más generoso que entregarle la vida a la crianza de los hijos.
Si podés, si te tocó, si lo elegiste... no dudes:
La maternidad es para siempre.
Llega y se apodera tiránicamente de tu existencia. Esa tiranía dura lo que parece insoportable: una década y media, tal vez dos.
Alguna vez pensaste lo que tu intervención durante este tiempo produce en esos seres?
Sabés que a medida que se vuelven adultos se convierten en seres mejores que nosotros? Que nos pueden enseñar a ver la vida de otro modo?

Hay que detenerse y observarse con regularidad. A quién le estás entregando tus días? A una empresa que no te valora? A un colegio que no te sabe aprovechar? A un sistema que te aplasta, que te ahoga, que te recarga de cuestiones que ensucian tu humor?

Claro que si no te queda otra, te entiendo.
Pero si podés, sé madre full time.
Yo, te admiro.

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