sábado, 24 de febrero de 2018

Serva me, servabo te

Serva me, servabo te

Enamorarnos. Como jamás.
Acá hubo otra cosa. Algo. No sé qué. Ahora ya no importa. 
Porque ahora está plagado de momentos. De risas. De consuelos.

Abro los ojos. 
La plenitud salta sobre los sillones del living. Se disfraza. Baila. Habla en neutro. Llora. Exige. Pide. Se queja. Culpa. Grita. Ríe. Canta. Habla. Habla. Habla.
A veces soy una esclava. Sé que es mi historia, que me retiene clásica. 
Siempre hago mi mayor esfuerzo.
Siempre me siento culpable. El 
Sé toda la teoría. Porque la siento en el alma. 
Grito pidiendo Libertad. Y me la das antes de que te la pida.
Pero mi carcelera es la falta de amor. 
Me quiero poco. Me siento poco. 
Los otros son muchos. Son duros. 
Los sé irrelevantes. Sin embargo.
“El único camino es ser fiel a mí misma”. 
Lo repito porque estoy convencida. 
Cierro los ojos. Me hundo en mí. 
Pero se sumerge conmigo mon critique -que me hostiga-.
De a poco. Año a año. Experiencia tras experiencia. 
Se va silenciando el ultrajador. Empieza a oírse el lisonjero. 
Y así, vuelvo a vos. Tierna. Verdaderamente tuya.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario