Eran suicidas
Desde hace rato.
Se suicidaban cada
amanecer
Se suicidaban cada
noche.
Algunas, con
suerte,
Se salvaban.
Otras –las menos-
Se curaban heridas,
Se cambiaban
vendajes
Con escenas
fotografiables.
Pero. Pero. Pero
ella.
Me tiene recontra podrida.
¡Ese adverbio de
mierda!
Pero ella.
Como no puedo
callar,
Como no puedo
dormir más,
Tengo que hacer
Lo único que sé
hacer:
Escribo porque
estoy desesperada.
Escribo porque no
puedo seguir hipócrita.
Me doy vergüenza
-debería aceptarme,
lo sé-.
Tengo que
perdonarme.
Estuve mal. Pero
(je). Ya fue.
Ahora estoy
despierta. Decía.
Amanecida. Atenta.
Animal.
Cazadora. Oyente.
Silenciosa.
Audible. Bella.
Artística.
Tal vez… ¿plena?
No. Falta. Falta
desesperar.
Falta sufrir un
montón más.
Es mi –el- modo de
evolución.
El único:
Reencarnar una,
otra y otra vez.
PERO
Algo aprendí
–espero- hasta ahora.
Hay que seguir
indagando.
Aquí espero. Aquí
voy.
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