jueves, 1 de noviembre de 2018

Eran suicidas


Eran suicidas

Desde hace rato.

Se suicidaban cada amanecer

Se suicidaban cada noche.

Algunas, con suerte,

Se salvaban.

Otras –las menos-

Se curaban heridas,

Se cambiaban vendajes

Con escenas fotografiables.

Pero. Pero. Pero ella.

Me tiene recontra podrida.

¡Ese adverbio de mierda!

Pero ella.

Como no puedo callar,

Como no puedo dormir más,

Tengo que hacer

Lo único que sé hacer:

Escribo porque estoy desesperada.

Escribo porque no puedo seguir hipócrita.

Me doy vergüenza

-debería aceptarme, lo sé-.

Tengo que perdonarme.

Estuve mal. Pero (je). Ya fue.

Ahora estoy despierta. Decía.

Amanecida. Atenta. Animal.

Cazadora. Oyente. Silenciosa.

Audible. Bella. Artística.

Tal vez… ¿plena?

No. Falta. Falta desesperar.

Falta sufrir un montón más.

Es mi –el- modo de evolución.

El único:

Reencarnar una, otra y otra vez.

PERO

Algo aprendí –espero- hasta ahora.

Hay que seguir indagando.

Aquí espero. Aquí voy.


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