martes, 6 de noviembre de 2018

El aullido


Hay verdades. Que son sensaciones.

Hay honestidades. Que llegan del centro.

Hay sintonías. Que parecen oscuras.

Pero son como parturientas.

Esa sensación de placer y dolor.

A la vez.

Tan confundidos. Tan inseparables.

Tan ansiados. Tan temidos.

Placer que se levanta desde el abdomen.

Dolor que agita, allí también.

Luego, ambos, sacuden el pecho.

Es deseo y es saber.

Una cuota de belleza.

Otra de inteligencia.

Juntos.

Placer y Dolor.

Deseo y Saber.

Juntos, no tienen límites.

Por eso agitan.

Por eso sacuden.

Por eso reaparecen.

Rítmicamente.

Insistentemente.

Con distintos formatos.

En variados desvíos.

Alguno. Alguna vez.

Habrá que elegir.

Definitivamente.

¿O no?

No sé cómo es el Amor.

¿Debería saberlo?

Sí.

Como no hay verdades escritas

Como no hay honestidades certeras

Como no sintonizo porque tengo miedo

Me cansé del dolor.

Me cansé de morder.

Me cansé de intentar.

De forzar. De cambiar.

Ahora sé muchas cosas. Otras no.

Sé que me encanta. Sé qué me encanta.

Alguna vez. Tal vez.

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