domingo, 1 de septiembre de 2019

se agota la añoranza


Me agoté de añorar.

La vida pasa

Mientras me siento a añorar

A pensar

A lamentar.

Pues.

Ahora lleno mi ventana.

La adorno con mis plantas

Que resisten el sol

Que bregan ante el secano.

Es que mis lágrimas riegan.

Mi dolor –el dolor- es puerta.

Duelen esos ojos

Que ensayan sus primeros desconsuelos.

Duele ver pasar el río

-que arrastra, que arremete,

que destruye, pero limpia-.

De todos modos:

No hay dique

Que detenga la reciedumbre

De mi alma aún viva

Sangrante, certera.



No se deja de dudar.

Se deja de sentir pena.

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